jueves, marzo 04, 2010

IX. La cámara o nadie sabe para quien trabaja

(Maricela Guerrero)


El Yuppi, ya lo hemos dicho, era de ese tipo de personas que lo tienen todo, que nacen bellos, exitosos, inteligentes encantadores, "todos llenos de gracia". Era de esperarse que Karenina tan afecta a las buenas cosas de la vida, sucumbiese de amor por aquel que tantas cosas buenas de la vida representaba. Como el Yuppi lo tenía todo encabezaba nuestra lista. Iríamos primero por él y sería el primero en pisar las instalaciones de nuestra maravillosa casita a las afueras de la ciudad de la eterna primavera. El hombre había preparado todos los enseres necesarios para realizar su viaje a las brillantes playas caribeñas de las Bahamas: crema bronceadora, toallas finísimas en colores incandescentes, toalla de secado ultrarrápido, cremas post-bronceado, sandalias, bermudas, playeras, viseras, binoculares, sombrilla para la playa, hielera personal, y una flamante y recién comprada videocámara digital minidv, handycam de 2 megapixeles. Toda esta última información venía en el folleto que le dio a leer a Karenina cuando sacó la máquina de su estuche para que ella la observase, también le dijo que con gusto le haría algunas tomas, pero a su vuelta, ya que ahora no tenía tiempo de trasladarlas a su Mac, para editarlas y aún no había conseguido otro stick.

   El Yuppi le contó a Karenina cómo había llegado a la brillante y oportuna elección de aquella cámara producto de la más alta tecnología en lo que a medios audiovisuales se refiere. Cuenta el Yuppi que siempre que quiere elegir lo mejor hace una investigación en la que va tomando los pros y los contras de aquellos productos que han pasado por las primeras pruebas de selección. Primero coteja que los aparatos, si es el caso, pertenezcan a una compañía con establecimientos en nuestro país y soporte técnico internacional, después verifica todas y cada una de las cláusulas de la garantía así como las posibilidades que tiene cada aparato para ser renovado o ampliado con accesorios que mejoren su rendimiento y le den una mayor y larga calidad de vida al aparato que redundará en todos los beneficios que con él, el usuario pueda obtener. En estos términos se refería el Yuppi a la forma en cómo había llegado a la decisión final. Después de verificar que los dos modelos que más le interesaban cubrían con los requisitos anteriores, procedió al último proceso, la realización de una lista con los pros y contras de cada aparato:

MiniDV
Handycam 2 megapixeles.
Modelo DCRHC 85,
USB Streaming, es decir podría editar en su Mac
Lentes Carl Zeiss, que daban verdadera calidad cinematográfica.
Pantalla LCD rotativa, de 3.5 "" con panel sensible al tacto,
Modelo 16:9 panorámico, sólo para los más exigentes.







DVD Handycam
CCD de 1 Megapixel.
Modelo: DCR-DVD201,
Está cámara evitaba el proceso de traslado de Hi8, Mini Dv o cualquier otro formato a DVD, pues desde la grabación está listo el CD para su proyección.
Grabación en total oscuridad, nightshot/supernightshot
Pantalla rotativa LCD Híbridaa de 2.5"".








   Ambas cámaras ofrecían al hombre la posibilidad de obtener un gran video de sus vacaciones, y, él no lo sabía, a nosotras de obtener un gran video de nuestro plan. El hombre nos ayudó muchísimo al realizar una buena elección por nosotras, en realidad ninguna hubiese sido tan sistemática y precisa para elegir la cámara que mejor se ajustase a nuestras necesidades. El Yuppi le contó a Karenina cómo es que después del amplio proceso de selección, llegó a la decisión de comprar el Modelo DCR-H85, videocámara digital MiniDv: aunque el tener un CD directo a la filmación le parecía sumamente atractivo, lo suyo lo suyo lo suyo eran su Mac y el proceso de edición por un lado, y por otro, está cámara le ofrecía la posibilidad de tener una filmación con estilo cinematográfico. Por último, los motivos de su elección quedaron completamente claros cuando el vendedor le informó: “sólo para los más exigentes... señor”.

   Esa era su cámara y como nadie sabe para quien trabaja, ahora sería nuestra. Sólo para los más exigentes.

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