viernes, marzo 31, 2006

II. La otra Bovary

(Maricela Guerrero)

Esta Bovary no es francesa ni proviene entonces de la pluma de ningún Flaubert. Esta Bovary ha vivido durante los últimos 25 años de su vida en la colonia Mortales de la Ciudad de México. Para ser precisos, esta Bovary era un voluptuosa artesangana de cabellos largos y negros, metida a directora de difusión cultural en una delegación de cuyo nombre no podemos acordarnos. Fue justo en esa intromisión suya en los asuntos de la política cultural de nuestra ciudad que es chinampa en un valle escondido, entre festivales de la cultura, la lectura y la lechuga, que nuestra Bovary encontraría al mal hombre que la había ilusionado para después salirle con que si bien no era casado, tenía "compromisos" y "asuntos pendientes".

Fue La Bovary quien nos convocó a La Karenina y a mí aquella tarde para relatarnos los últimos acontecimientos:

El hombre Bovary le había dicho: "Te amo y quisiera estar contigo, pero tengo un compromiso pendiente, dame tiempo". Como en estos tiempos lo últimos que tenemos es tiempo, La Bovary no podía esperar. Además el hombre Bovary ya no se cocía al primer hervor: 40 añitos de mucha fiesta y diversión lo habían convertido en un señor calvo, escritor de convicción, metido a político y redentor de almas que vivía aún en casa de su madre y tenía un sobrino a quien cuidar. He de confesar que el hombre Bovary nunca me pareció un buen hombre, algo oscuro se escondía detrás de esa fachada maltrecha de escritor en ciernes que ya no lo era tanto.

Total que La Bovary, a pocos días después de la última conversación con su escritor maltrecho, descubrió algo: que lo del "compromiso pendiente" no estaba tan pendiente como suponía. Ambos trabajaban en la misma oficina de lunes a domingo casi siempre de 9 a 9. Cierto domingo posterior a la declaración de amor y el "espérame tantito", La Bovary llegó a la oficina y se dispuso a trabajar, a los 30 minutos de iniciada la jornada llegó el hombre Bovary con las mismas ropas del día anterior y con una facha y un comentario que hizo que La Bovary suspicaz atara cabos. En efecto: el "compromiso pendiente" no estaba tan pendiente. El hombre Bovary muy españolamente se beneficiaba a otra mujer.De ahí la convocatoria de La Bovary a la cual La Karenina y yo acudimos raudas y veloces.

2 comentarios:

Dilettante dijo...

No es mi intención interferir en rencores Bovarianos; era más bien el blog de los arcanos el que me generó bastante curiosidad, pero no pude dejar comentario por allí. ¿Habrá algunas otras revelaciones sobre aquel mundo?

Anónimo dijo...

Hola Bertrand... ajustaré el blog que te interesó para que puedas subir tus comentarios en el otro. Sí, pronto seguiré escribiendo sobre la figura del arcana y los piratas. Me da gusto que te interese el tema. Gracias